En el mundo actual, el acceso a internet no es un lujo, es una necesidad. Desde la educación hasta el empleo, desde el emprendimiento hasta el activismo, la conectividad es la puerta de entrada a las oportunidades. Sin embargo, mientras las ciudades de Colombia avanzan en la era digital, millones de jóvenes—especialmente en zonas rurales—siguen desconectados, sin acceso a las herramientas esenciales para construir un futuro exitoso. ¿Está el gobierno haciendo lo suficiente para cerrar esta brecha, o está dejando atrás a toda una generación?
La brecha digital en Colombia es evidente. En las grandes ciudades, los jóvenes crecen con internet de alta velocidad, educación digital y acceso a tecnologías avanzadas, mientras que en las zonas rurales, la falta de conectividad, infraestructura deficiente y acceso limitado a la tecnología deja a muchos en desventaja. Según datos recientes, las personas en los centros urbanos tienen 69% más probabilidades de usar internet que aquellas en regiones rurales. Esta desigualdad no es solo tecnológica, sino también económica, educativa y social.
Para los jóvenes colombianos, la falta de acceso digital es un obstáculo para el progreso:
Si Colombia quiere empoderar a su juventud y cerrar la brecha de oportunidades, se deben tomar medidas urgentes.
Se necesita una expansión de la infraestructura de internet a través de nuevas alianzas. Las zonas rurales deben contar con conectividad más fuerte y accesible mediante la colaboración con proveedores satelitales como Starlink, combinada con zonas de Wi-Fi público en comunidades desatendidas.
El presupuesto para la conectividad debe ser justo y transparente. El internet no puede seguir siendo un privilegio controlado por corporaciones de telecomunicaciones, que se benefician vendiendo planes de datos móviles costosos, obligando a muchas familias a decidir entre pagar internet o comprar alimentos. El gobierno debe destinar presupuestos adecuados para garantizar una conectividad sostenible y asequible para todos.
Debe existir mayor presión sobre el gobierno. Somos Justicia exigiría medidas inmediatas al Ministerio de Educación, el Ministerio de Tecnología y el Ministerio de Infraestructura para negociar acceso a internet en comunidades vulnerables y desarrollar políticas que hagan de la conectividad un derecho accesible y universal.
El sistema educativo debe actualizarse e incluir la enseñanza de habilidades digitales, programación y comercio electrónico, asegurando que los estudiantes se gradúen con las herramientas necesarias para la economía moderna.
El apoyo a los jóvenes emprendedores debe fortalecerse con financiamiento, formación y subsidios para proyectos digitales, facilitando que los jóvenes conviertan sus ideas en negocios sostenibles.
Somos Justicia cree que el acceso digital es un derecho, no un privilegio. No se puede seguir ignorando la brecha digital mientras se habla de crecimiento económico e igualdad. Los jóvenes colombianos merecen las mismas oportunidades que sus pares en otros países, pero sin acciones concretas, una generación entera quedará en el olvido.
La pregunta es: ¿Tomará Colombia medidas reales para empoderar a su juventud en la era digital, o seguirá permitiendo que el acceso a las oportunidades sea controlado por intereses privados?
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